viernes, 30 de noviembre de 2007

Un futbolista en peligro de extinción




Es un jugador distinto. Políticamente incorrecto, siempre dice lo que piensa a pesar de que a algunos les piten los oídos. La verdad es que eso a él no le importa. Alejado del prototipo de futbolista moderno y de todo lo que tenga que ver con el marketing, Salvador Ballesta Vialcho asegura que su orden de prioridades en la vida es “Dios, Familia, Patria, Ejército y Fútbol”.

Se muestra igual de tranquilo cuando se enfrenta a un periodista que cuando está al mando de su avioneta. Le da lo mismo si el que le está entrevistando es un chaval de primero de carrera o si se trata de la estrella del periodismo deportivo. Él siempre lanza el mismo mensaje: "Defender a tu país en la faceta que sea es lo más grande que le puede pasar a uno. Me da igual que me digan que soy un ultra por defender mi país, vas a cualquier lado y quieren a su país a muerte, aquí parecemos todos gilipollas".


Su primera gran alegría en el fútbol se produce en 1998 cuando gana el mundial sub 21 de fútbol con la selección española. En las entrañas del Sánchez-Pizjuán está la camiseta con la que Salva debutó en la selección. “Sin duda, puede ser de los mejores momentos de mi carrera, defender a tu país es lo más grande que le puede pasar a una persona. Por ello siempre le agradeceré al Sevilla la oportunidad que me brindó de debutar en primera división”.Repasando su carrera futbolística, reconoce que para él el dinero no ha sido lo que ha marcado su trayectoria. “Después de ser pichichi en el Racing de Santander tuve varias ofertas importantes para jugar en Inglaterra o en Italia. Las rechacé porque tenía ilusión de jugar en un grande de España como el Atlético de Madrid aunque fuese en segunda”. Salva sólo se emociona cuando recuerda al fallecido Jesús Gil: “Fue una de las personas más importantes en mi vida futbolística, apostamos mutuamente por el atleti, porque yo deseché ofertas muy importantes de clubes que jugaban la Champions League, como el Deportivo, y fuera de España de Italia e Inglaterra. Siempre le estaré muy agradecido a Jesús Gil por confiar en mí".


Su condición de patriota y de decir siempre lo que piensa le ha jugado malas pasadas. Salva ha visto cómo en Anoeta durante un partido con el Málaga los proetarras de la peña Mújika sacaban una pancarta que rezaba “Salva Muérete”. Él no le da la más mínima importancia e incluso dice que eso no le afecta el rendimiento. “Si alguien está en contra de uno que se siente español o esto crea malestar es que estamos en un país de bobos. No voy a entrar en polémicas con los comentarios que hagan quince tíos que no saben ni lo que son tres más dos y que van a los campos cargados de todo tipo de sustancias. Cuando estoy jugando no sé ni lo que tengo al lado, esa gentuza no va a condicionar mi rendimiento”.


Aunque Salva reconoce que tiene una espinita clavada. Después de su primer año en el que no consigue el ascenso a primera con el Atlético, Salva es traspasado al Valencia donde no juega mucho. Por ello mantiene una mala relación con Rafa Benítez. “Lo que me molestó de él es que no fuera de cara conmigo. A mi la gente así me repatea”.Ahora Salva, todo un trotamundos del fútbol (Sevilla, Écija, Sevilla, Racing, Atlético, Valencia, Atlético, Bolton, Málaga, Levante y Málaga) es consciente de que sus mejores días como futbolistas pasaron. Sin embargo, lo que él no sabe es que desgraciadamente para nuestro fútbol, profesionales como él están en peligro de extinción.

1 comentario:

Juan JB dijo...

Magnífica reseña sobre este gran futbolista, me ha encantado Javier.