miércoles, 9 de abril de 2008

Oda al fútbol


Seguramente ha sido uno de los mejores partidos que he visto nunca. Intensidad, emoción, ritmo y pasión inglesa se fundieron anoche en Anfield Road. Lejos de caer en la vulgaridad de convertir un partido de tanta exigencia en un partido tosco y trabado, se agradece la valentía con la que decidieron desafiarse ayer Liverpool y Arsenal. Benítez y Wenger, dos estilos contrapuestos, hicieron válido el famoso cuadro de Goya "duelo a garrotazos". El equipo del entrenador francés, al que el fútbol tanto le sigue debiendo, saltó al terreno de juego sin ningún tipo de complejos. Suya fue la primera parte del partido en la que los gunners se sintieron más cómodos, esto es, siendo fiel a su estilo de toque y juego a los espacios, dirigidos por un formidable Cesc.

Si este año hay una buena noticia para el fútbol español, ésta, se llama Fernando Torres. El delantero madrileño está pulverizando las previsiones más optimistas en su primera temporada en Inglaterra. No obstante, queda la duda de saber si el alto nivel que está demostrando en las islas, podrá mantenerlo en la próxima Eurocopa con España. Ayer se erigió de nuevo en la figura del conjunto de Anfield. Torres se sacó de la chistera un golazo digno de los mejores delanteros. De espaldas a la portería y con un defensa encima, recibió un balón en largo. Con una naturalidad asombrosa, lo bajó con maestría y de un fuerte derechazo lo clavó en la escuadra. Imposible para Almunia. El Arsenal, que había renunciado al balón después de la reanudación, lo pagó caro.

Si hay formas de morir, Wenger eligió la más noble. No se podía esperar menos del entrenador que más esfuerzo ha realizado por cambiar la filosofía del club londinense y del fútbol inglés en general. En concreto son ya 12, los años que lleva de ardua pelea. El técnico francés dió entrada a Van Persie y Walcott con la intención de superar el marcador adverso. En los veinte últimos minutos se vivieron, a buen seguro, los mejores minutos de la temporada. Si es difícil encontrar un partido de 'Champions League' con tanta itensidad y emoción, no digamos uno de liga. Afortunadamente nos queda la liga inglesa.
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Una asombrosa arrancada de Theo Walcott desde su campo logró poner en pie a media Europa. El jugador inglés sorteó antes de llegar al área hasta cuatro rivales. Allí no tuvo más remedio que regalarle el gol del empate a Aldebayor, que avergonzado por celebrarlo, no tuvo más remedio que señalarlo como culpable de la gesta. A cinco minutos para el epílogo, todo hacía indicar que por fin el fútbol iba a hacer justicia con Arsène Wenger. El Liverpool, club tradicional donde los haya, no tiene en la palabra 'rendición' una de sus favoritas. Un minuto después del empate, el árbitro señaló un protestado penalty sobre Babel. 'The Kop' volvía a rugir. El capitán Gerrard, que sigue teniendo más galones que nadie en ese equipo, pateó con acierto la pena máxima. De nuevo Wenger sintió de cerca la frustración y el fracaso que le acechan temporada a temporada por toda Europa. Con el Arsenal volcado arriba, en un contragolpe Babel firmó el cuarto gol de los reds. Ahora por tercera vez en cuatro años, el fútbol nos depara otra semifinal de 'Champions League', Chelsea-Liverpool.

Seguro que después del partido de ayer, más de un gurú del fútbol español se sonrojará y volverá a pensárselo dos veces antes de proclamar la dichosa cantinela de que "España tiene la liga de las estrellas".

2 comentarios:

José Mendoza dijo...

No me parece bien que centres tanto el artículo en Arsene Wenger, pero bueno, esto es cuestión de gustos. Por cierto, a la hora de redactar ya te vas pareciendo cada vez más a Antonio Félix jajaja Me gustó la referencia al cuadro de Goya

Anónimo dijo...
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