Juan La Puerta I, el libertador

En una entrevista concedida al diario El Mundo, el presidente del F.C. Barcelona se ha sincerado de tal forma hasta llegar al éxtasis del delirio. Laporta, ebrio de éxitos deportivos y cegado por su fanatismo nacionalista, mezcla de tal forma la política y el deporte que termina haciéndose un lío.

Asegura el president que la prensa ("caverna mediática españolista" en sus propias palabras) le persigue porque no soporta el 2-6 logrado por el Barcelona en el Bernabéu. O sea, que todo el que le critica su afán de mezclar deporte y política se debe al resultado de un partido de fútbol.

A pesar de que ejerce como abogado comete un error que no lo cometería ni un alumno de primero de derecho por la UNED. Dice el señor tritanquilo en referencia al Estatuto de autonomía de Cataluña que "sólo faltaba la humillación de que el Tribunal Constitucional cambie una coma de lo aprobado". Conociendo al personaje en cuestión está claro que el error cometido no es involuntario, puesto que, como abogado que es, conoce a la perfección el funcionamiento de las instituciones de Justicia españolas, la Constitución de 1978 y, en concreto, la propia función del Tribunal Constitucional. Por ello, más que de un error se trataría de una mentira elaborada con la intención de hacer creer a la gente que el parlamento catalán puede infringir la ley fundamental del ordenamiento jurídico español: la Constitución.

De las muchas y muy variopintas memeces que dice a lo largo de la entrevista, en la que, por cierto, declara sin tapujos que se presentará a las próximas elecciones catalanas con un partido nuevo, es preciso resaltar una frase del tal cursilería que no tendría que envidiar en absoluto a las pronunciadas por Zp o por Heidi y el abuelito: "El Barça encarna la épica que guía a la libertad de los pueblos sometidos". ¿Liderará Laporta una expedición a Cuba para liberar al pueblo sometido por el castrismo, o quizá sea el Tíbet la región escogida por nuestro gran libertador para liberarla de la dictadura china?

Desconocemos si son los devastadores efectos del cambio climático o el consumo desaforado de champagne francés en las discotecas de la ciudad Condal (ya ven, en casa del herrero cuchara de palo) lo que está afectando la tritranquilidad del presidente del club barcelonés. Una última perlita: "Cataluña tiene que despertar, nos estamos muriendo".