Esta es la historia de unos hombres valientes que no se resignaron a que su país cayera en manos del marxismo: eran los cubanos exiliados en Miami tras el estallido de la revolución castrista. Poniendo sus vidas en juego y dejando atrás la cómoda vida que llevaban en Florida, pasaron a la acción y se agruparon en torno a la Brigada 2506. El objetivo: invadir Cuba y derrocar la dictadura de Fidel Castro. En principio contaban con el apoyo del gobierno estadounidense, que les proporcionó unos meses de instrucción. El posterior abandono al que Kennedy sometió a los miembros de la Brigada 2506 provocó que los pilotos cubanos cayeran como moscas ante la artillería antiaérea soviética que Castro tenía en la isla. El segundo día del desembarco, el 16 de abril, la mitad de los aviones fueron derribados. Algunos de los instructores de vuelo norteamericanos volvían al portaaviones Essex entre lágrimas al presenciar cómo mataban a los brigadistas cubanos que ellos mismos habían adiestrado. Eso les enervó de tal forma que decidieron tomar parte activa en los ataques. Y lo hicieron sin la autorización de su gobierno. Lucharon y murieron como héroes. Actualmente tienen una calle con sus respectivos nombres en el barrio de Little Havana, en Miami. Llegará el día en el que también la tengan en la propia Habana.
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