miércoles, 21 de marzo de 2012

A sangre y fuego



Valencia, jueves 16 de febrero. Por segundo día un grupo de jóvenes corta la calle en protesta por los recortes que la Generalidad Valenciana ha realizado en materia educativa. La detención de un menor el día anterior ha caldeado los ánimos de los estudiantes que continúan -sin autorización- ocupando la calle. En esta segunda jornada los antidisturbios detuvieron a seis manifestantes. Entre ellos a Alberto Ordóñez, estudiante de Integración Social (FP superior) y presidente de la Federación Valenciana de Estudiantes de Enseñanzas Medias (Faavem).

El líder estudiantil fue arrestado acusado de resistencia, desobediencia, atentado a la autoridad y hurto, ya que le quitó la gorra a un policía durante un forcejeo. Tal comportamiento le condujo al calabozo. “La Delegación del Gobierno tuvo la idea de atajar esas protestas haciendo un desfile paramilitar y se encontraron con que los estudiantes no íbamos a parar, y la espiral de violencia fue en aumento” , se justifica Ordóñez.

Echar un vistazo a su perfil en facebook es dar la razón a aquellos que le tachan de radical. Su muro en la red social es toda una declaración de intenciones, ya que es admirador de Amaiur, Fidel Castro y Hugo Chávez. “Sí, lo que yo escribo ahí es personal, una ideología al margen de la federación de estudiantes. Tengo mis opiniones como las puede tener cualquier otro”, explica para ALBA. Uno de los mensajes escritos en su tablón decía así: “los derechos no se mendigan, se conquistan con violencia”.

Pero la osadía tiene un precio y el joven se dio cuenta de ello al recordar que en su muro de facebook había escrito algunas cosas que podrían meterle en un lío. Por entonces ya había aparecido en los telediarios con exigencias a la policía -“si no liberan a los detenidos esta lucha es de sangre y fuego”-. Alberto dio un paso atrás y borró algunos comentarios. Como el que le dedicó a Esperanza Aguirre cuando esta dijo que la educación no debería ser ni gratuita ni obligatoria: “esta gente debería mirar siempre debajo del coche al salir de su casa”, escribió el joven.

Unos días después de las revueltas callejeras, el líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, invitó a Alberto Ordóñez a seguir una sesión en las Cortes valencianas. Alarte, que perteneció de joven a la Faavem, pidió un aplauso del hemiciclo para el líder estudiantil. La popularidad de Ordóñez fue en aumento y la siguiente en fotografiarse con él fue la propia delegada del Gobierno. El joven, envalentonado, le entregó un decálogo en el que explicaba, según Ordóñez, cómo se tienen que comportar los policías en las “manifestaciones pacíficas”.

A la salida de la reunión aún dejó algunos recados más para la policía. “Es curioso que los jóvenes tengamos que dar lecciones de democracia a los policías”, señaló. Porque para él, las escenas vividas en Valencia fueron “típicas del franquismo, similar a cuando nuestros padres y nuestros abuelos luchaban contra los grises”. Del mismo modo, se lamentó de que no hubiera depuración política por los disturbios. “En este país no existe la justicia”.

La actitud y las consignas de Alberto Ordóñez no han tenido un apoyo unánime entre el sector estudiantil. La Asociación Valenciana de Estudiantes (Asvaes), que preside Benjamín Velasco, se opuso a las revueltas callejeras desde el principio. Bajo la creación de la etiqueta #NoSomosGrecia en twitter, Velasco desmarcó a su asociación de Faavem. “Creíamos que sentaban un precedente muy peligroso, sobre todo porque los recortes sólo afectaban a un colectivo, y este no era el de los estudiantes”.

Otra de las cosas que no gustó a Velasco fue que la Consejería de Educación valenciana y la delegación del Gobierno se reunieran con Ordóñez. “Al recibirlos y tomar el documento les estaban dando alas. Ya les advertimos de que le estaban dado oxígeno a un muerto. Cumplieron la fantasía de todo chico de izquierdas: presentarse delante de los poderes públicos y plantearles una serie de exigencias”.

A pesar de que ahora trate de justificar su comportamiento -“lo de la lucha a sangre y fuego fue un momento de alteración, de brutalidad policial que se escapaba a lo que yo creía que era la democracia en España”-, Ordóñez deberá enfrentarse a la denuncia que le ha puesto la Confederación Española de Policía (CEP). El sindicato policial considera que el presidente de Faavem ha sido el cabecilla de las revueltas y que ha alentado “a realizar hechos delictivos”.

Esta denuncia y las treinta horas que pasó en un calabozo tras la detención en una de las jornadas de violencia callejera le han forjado un perfil de tipo duro que contrasta con el rol que ha desempeñado como líder de Faavem. Como tal nunca destacó por su carácter combativo ni por sus propuestas respecto a los asuntos del alumnado. Ordóñez llegó a presentar dos enmiendas para incluir los artículos 'los' y 'las' delante de cada sustantivo. Ni siquiera 'su' gente apoyó la iniciativa.

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