viernes, 25 de mayo de 2012

La carrera interminable


Tohil Delgado está convencido de que no es un mal estudiante, que todo ha sido una campaña de la derecha para desprestigiarle no solo a él sino a todo el movimiento social de izquierdas que protesta contra las últimas reformas del Gobierno. A sus 28 años es el secretario general del Sindicato de Estudiantes y aún no sabe lo que es trabajar, aunque -dice- eso no es culpa suya, ya que cuando acabó Sociología en 2006 no encontró trabajo. Razón por la que más tarde se matriculó en Antropología.

Desde entonces Tohil Delgado lidera -sin remuneración alguna, aclara- uno de los mayores sindicatos de estudiantes de España. El sindicato se fundó en 1985 y se define como una organización antifascista y anticapitalista integrada fundamentalmente “por hijos de trabajadores”. Utilizan una dialéctica marxista, ya que afirman que la lucha es el único camino para dejar de sufrir una educación en malas condiciones. Mal que -aseguran- no lo sufren los hijos de los capitalistas.

Uno de los rasgos que caracteriza al Sindicato de Estudiantes es su compromiso con la calle. Lo demostró el día 10 de mayo al convocar una manifestación contra los recortes del Gobierno en la enseñanza pública. El 22 de mayo volvieron a salir, esta vez en la huelga general de profesores que se celebró -con poco seguimiento- en toda España. “Ha habido una agresión contra la enseñanza pública y nuestro deber es defenderla”, dice Tohil. Aunque cuando de verdad le gustaría salir a la calle es en una huelga general de 48 horas, iniciativa que ya le ha propuesto a los líderes de CCOO y UGT.

Pero no es lo único a lo que Tohil dedica su tiempo. Como líder sindical su margen de actuación trasciende el ámbito estudiantil, ya que es colaborador del diario El Militante, un periódico digital de corriente marxista revolucionaria. En otras ocasiones el protagonismo del sindicato incluso traspasa nuestras fronteras, como cuando apoyó una campaña contra la represión sindical en Venezuela. “Para que luego digan que apoyamos a Chavez”, dice. Pero si se le pregunta por su ideología, Tohil no se esconde: “me considero de izquierdas, marxista”.

De izquierdas es también la secretaria de organización y secretaria general en Asturias del mismo sindicato, Beatriz García. Tiene 27 años y está en quinto curso de Filosofía en la Universidad de Oviedo. Al igual que Tohil, ha apoyado algunas acciones que poco tienen que ver con el movimiento estudiantil. En una ocasión firmó un manifiesto a favor de los astilleros de Gijón y más tarde pidió la liberación de dos trabajadores del sector que estaban acusados de terrorismo por unos incidentes ocurridos en 2007.

De apología del terrorismo no ha sido acusado Alberto Ordóñez, el presidente de Faveem (Federación Valenciana de Estudiantes de Enseñanzas Medias), que escribió sobre Esperanza Aguirre que “debería mirar debajo del coche al salir de su casa”. Pero Ordóñez ya sabe lo que es un calabozo desde que le detuvieran por los altercados de Valencia en las manifestaciones del pasado febrero contra el Gobierno autonómico. Después de las mismas le entregó un documento a la delegada del Gobierno en el que le explicaba cómo se tenía que comportar la polícia “en las manifestaciones pacíficas”.

El líder estudiantil valenciano es partidario de que los derechos “se conquisten con violencia”, algo que -asegura- saben todos aquellos que conocen la Historia. En lo que respecta a su ideología, Ordóñez se declara admirador de Amaiur, Fidel Castro y Hugo Chávez, aunque dice que todo esto está al margen de su faceta como presidente de Faavem.

A diferencia de otros líderes sindicales, Ordóñez es mucho más joven -veinte años- y no estudia una carrera universitaria. Está en segundo curso del módulo de FP superior integración social, cosa por la que ni mucho menos se considera un mal estudiante. Para él los malos son “aquellos que compiten en el aula y no se preocupan de salir a la calle a reivindicar una educación de calidad. Hay que protestar aunque nos cueste horas de estudio”.

Una que también está muy ocupada estudiando es Cristina Pastor, la secretaria general de Creup (Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades). Licenciada en Derecho por la Universidad Miguel Hernández de Elche, ahora hace el segundo ciclo de Ciencias Actuariales y Financieras. Aunque reconoce que ampliar conocimientos siempre es bueno, dice que es muy sacrificado compaginarlo con la representación de estudiantes.

Pastor presume de que el sindicato al que representa tiene un sistema mixto de financiación, esto es, no tienen subvenciones fijas sino que estas dependen de la adjudicación que el Ministerio de Educación considera en función de los proyectos que presenta el sindicato.

Desde luego, Cristina Pastor está más formada que su antecesora en el cargo, María José Romero Aceituno, quien aún no ha acabado la carrera de veterinaria tras nueve años matriculada.

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