martes, 12 de febrero de 2008

"illo, ¿parlas catalá?"


Tanto han cambiado las cosas en estos cuatro años que ya a pocos ciudadanos les extraña alguna de las muchas tropelías cometidas por el Gobierno Zapatero. Ciertamente no han sido pocas, aunque no será ahora cuando me explaye sobre ellas. En cambio es curioso comprobar cómo ha calado en gran parte de la población el desánimo y la apatía ante cualquier tema relacionado con la política. ¿El porqué? Quizá Pepiño Blanco y el Químico prodigioso se hayan pasado con el sumistro de talante a la ciudadanía, o a lo mejor haya que buscar la respuesta en el agotamiento general que ha supuesto -y que aún supone- la presente legislatura. Estos cuatro años van camino de convertirse en la peor digestión vivida por los españoles en la presente democracia. Aunque hay que ser precavidos, puesto que ya se sabe que lo peor siempre son las resacas.


Afortunadamente para los que mandan, hoy triunfa el agotamiento y la pesadumbre en detrimento de lo que debería ser una ciudadanía activa y crítica son sus gobernantes. En Andalucía sabemos de lo que hablamos. Desde que llegara la transición, los andaluces no hemos conocido en el Palacio de San Telmo otro engendro político que no sea el PSOE. Ahí está Manuel Chaves -PER mediante- camino de su segunda década como califa andalusí. No hay nada peor que una ciudadanía apática y desinformada. Justo lo que le vale a Chaves para ser presidente. A pocos les importa el régimen clientelar que está estableciendo en Andalucía. Unos porque se aprovechan de las subvenciones (¡que les gusta a los progres esto de las subvenciones!) y otros porque viven sumergidos en la más absoluta ignorancia. Los pocos medios críticos que sobreviven en la región nos ofrecen noticias que deberían sobrecogernos por la gravedad del asunto. ¿No es propio de un régimen de todo menos democrático que el susodicho beneficie a sus hermanos a través de las instituciones públicas? Esto es sólo un ejemplo de la Andalucía imparable de Chaves: Leonardo Chaves, que ya estuvo colocado con anterioridad en la Diputación de Sevilla en cargos de libre designación, fue nombrado por el gobierno que preside su hermano Manuel como director general de la Junta de Andalucía y adscrito a la Consejería de Turismo. Francisco Javier Chaves aterrizó un buen día en Canal Sur sin hacer previamente prueba alguna (las ha hecho después, como ya es habitual en el modo de “colocación” de la Radio Televisión Andaluza, que controla Manuel Chaves. Carlos María Chaves trabajó como guardia de seguridad en la Junta de Andalucía y nadie lo ha sabido durante años. Un cuarto hermano, Antonio José, contrataba con la Junta a través de una empresa, Climocubierta S.A., motivo de escándalo público. Su hermana Rosa María, Chati, también tiene nómina de la Junta en el Servicio Andaluz de Salud (SAS). O sea, que con él mismo, tiene 5 miembros directos de familia en la Junta de Andalucía, y un sexto ha hecho negocios con la Junta de Andalucía. Curiso cúmulo de coincidencias. Ver para creer.



Además de todo esto, Chaves tiene tiempo para contentar a sus otros hermanos, o sea "les socialistes de Catalunya". El ilustre presidente andaluz ha tenido la osadía de comprometerse a promover el catalán, el vasco y el euskera en Andalucía, si repite (una vez más) como presidente de la Junta de Andalucía el 9-M. ¡Toma nísperos! Chaves asegura que lo hará "para facilitar la movilidad laboral de los andaluces". O sea, que en España hemos llegado al punto -gracias Zp- en el que cada presidente autonómico entiende el gobierno de su comunidad como si se tratase de un país propio. Así se resume la lógica zapateril: que en Cataluña se discrimine la lengua española en las escuelas, mientras que en el resto de España se fomente el Catalán. Aunque Manolito Chaves no haya reparado en ello, esta medida supone aceptar la doctrina nacionalista de la desigualdad entre los ciudadanos españoles. ¿Y Luego nos dicen que el socialismo se basa en la igualdad? Pondré cara como de creermelo. No obstante, aunque Zapatero nos engañe, la realidad es indiscutible: la política llevada a cabo por el gobierno Zp y sus fidelísimos califas socialistas es lo más parecido que hay a un gobierno proprio de un Estado donde impera la desigualdad de oportunidades. El chantaje nacionalista ha logrado que el lugar en el que se nazca en España sea determinante a la hora de gozar de más posibilidades en el mundo laboral. El eterno sueño nacionalista: el suelo y la sangre, ¿les suena de algo un tal Adolf Hitler? Ahora con el gobierno radical que hay en Cataluña (nacionalistas y socialistas) estas desigualdades se acentúan. A un onubense que emigre a Cataluña le exigirán el conocimiento de la lengua catalana para cualquier empleo. Del mismo modo que a sus hijos le impondrán el catalán como lengua vehicular en cualquier centro de enseñanza pública.

Pero eso a Chaves que se cree el más listo de la clase le importa poco. Lo más inmediato en su escala de prioridades es agradar al profe Zp. A pesar de que de facto suponga que los andaluces sean tratados como ciudadanos de segunda, Chaves mira para otro lado. Para Manolo todo se arregla con el Andalucía imparable.

2 comentarios:

Carlos Quiñones dijo...

Javier,como fiel seguidor de tu blog me gustaria comentarte que el dia que eso ocurra yo cogere mis bartulos y me ire de tan bonita tierra llamada Andalucia,poruqe ni mis hijos,ni mi mujer ni por supuesto el que te escribe parlaremos catalá,ni galego(aunque sepas lo mucho que me tira esa tierra)ni por supuesto euskera,que me da mucho asco,y espero por supuesto que tu y tu familia hagais lo mismo,porque desgraciadamente en un lugar donde los votos se ganan a base de insultar a "la derechona",las cosas no iran bien....

por último informarte que el gran "Leo"(y le llamo asi,porque es como se le conocia en los pabellones militares de Cádiz,dónde se criaron)no destacó precisamente por su comportamiento modelico durante su infancia.

sin más,saludos y viva España!

Rafita dijo...
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